NO SOMOS VÍCTIMAS DE LAS CIRCUNSTANCIAS, SINO CO-CREADORES DE LA REALIDAD

La meditación como herramienta para tomar las riendas hacia una vida más saludable

MINDFULNESSMEDITACIÓNESTRÉSVIDA MODERNA

Lucía Suárez

12/9/20245 min read

EL RITMO DE LA VIDA MODERNA

Nuestra vida moderna tiene un ritmo cada vez más acelerado, que funciona en contra de nuestro bienestar y nuestra salud. Vivimos con una agenda llena de actividades, largas horas laborales, una hiperestimulación de nuestros sentidos de percepción (especialmente en las ciudades), bombardeo de información constante, problemas y tragedias de todo el planeta (contra las que poco o nada podemos hacer y que nos dejan en un estado de alerta), preocupación y miedo. Una alimentación cada vez más procesada y menos equilibrada y un estilo de vida sedentario...

A esta situación se suma la presión y las expectativas de tratar de ir en contra de todo lo descrito y llevar una vida sosegada y saludable. Al caer en los mismos patrones poco saludables, viene la culpa. ¿Por qué tengo ansiedad?, ¿por qué no salgo a hacer ejercicio?, ¿por qué me cuesta sentarme a meditar?, ¿por qué no me alimento de la forma que me gustaría?. Pero, ¿es tan sencillo tomar las riendas y no caer en esas dinámicas?.

Tengo el privilegio de vivir en la sierra, lejos de la ciudad. Ayer pasé el día en Madrid. El contraste es abismal: olores terribles, ruido excesivo constante, tráfico, prisas, alerta por si te abren la mochila en el metro (en el que, por cierto, no cabemos), el tener que ir "corriendo" por las aceras, para no frenar el ritmo frenético de los transeúntes. Carteles luminosos y coloridos por cada rincón alentando el consumismo: rebajas, imágenes de chocolate fundido, comida procesada a tu alcance en cada esquina...

Me paro a sentir mi cuerpo. El viernes subí al pico de la Peñota lentamente, saboreando cada instante con todos mis sentidos. Sintiendo un estado de calma, bienestar y plenitud. Un respiración tranquila. Un cuerpo sosegado. Pues bien, en la ciudad, esto era muy complicado. Mi cuerpo estaba cerrado, tenso y alerta. Creo que puedo observar el contraste porque vivo fuera de ese ámbito. Y pensaba en todas las personas que viven dentro de ese "barullo" y no son siquiera conscientes de ello. Pensaba en los niños que se crían así, en los ancianos, en cada persona que va cada día a trabajar en un estado de alerta constante.

No digo, ni mucho menos, que esto solo ocurra en la ciudad. Nos ocurre a todos, en mayor o menos medida, si somos parte de esta sociedad tan meticulosamente diseñada para dar vueltas en esta rueda de consumo y productividad. Antes preguntaba si es tan sencillo tomar las riendas y no caer en estas dinámicas poco saludables. La realidad es que no es fácil ir en contra de un sistema que aboga en contra de nuestros intereses a nivel de salud holística. Pero siempre tenemos el poder de la elección, a algún nivel.

No todo el mundo puede (o quiere) elegir salir de un entorno como el de una ciudad, que sin duda ofrece muchas posibilidades y beneficios. O cambiar radicalmente su estilo de vida. Pero sí podemos tomar pequeñas decisiones conscientes, que nos acerquen más a un estado de salud óptimo.

EL TAN CONOCIDO ESTRÉS

Las características de la vida moderna que he descrito nos enfrentan a altos niveles de estrés. El estrés natural, denominado eustrés, nos ayuda a hacer frente a situaciones complicadas. Liberamos adrenalina y tiene una naturaleza temporal (huir de un peligro, tomar una decisión importante...). En cambio la forma de estrés característica y predominante hoy en día es el llamado distrés. Aquí no hay periodos de recuperación. La activación es constante. Liberamos cortisol sin seguir un ritmo circadiano (que sería lo beneficioso). Las glándulas suprarrenales acaban saturadas y esto bloque nuestro sistema de defensa.

A group of people walking down a street next to tall buildings
A group of people walking down a street next to tall buildings

NO SOMOS VÍCTIMAS DE LAS CIRCUNSTANCIAS, SINO CO-CREADORES DE LA REALIDAD

Existen tres desconexiones principales hoy en día: con uno mismo, con los demás y con la naturaleza. Si vamos prestando atención a estos aspectos cada día, vamos recuperando la sensación de unidad. Ante esta vida moderna tan ruidosa, el primer paso que podemos dar para ir encontrando un equilibrio saludable es venir al momento presente. Ver las cosas tan cual son, sin un fin más que estar en la realidad presente. Si no somos conscientes de nuestra realidad ni de dónde partimos, no podemos avanzar.

VOLVER AL PRESENTE: LA MEDITACIÓN

Si nos situamos en el pasado o el futuro, rumiando sobre posibles escenarios catastróficos futuros y acerca de acontecimientos pasados sobre los que no tenemos control, vamos a estar llevando a nuestro cuerpo a esos estados una y otra vez. Las palabras (en forma de pensamiento, verbales o escritas), a través de los mapas de los sentimientos, crean sentimientos en nosotros. Si pienso que no puedo hacer algo, siento que no puedo, me siento incapaz. El sentimiento, través de unas vías endocrinas, afecta a mi cuerpo. Aquí reside la importancia de poder parar el ruido mental y de lo que nos decimos. Y por esto, la meditación es una de las herramientas más efectivas en contra de la rumiación mental.

Cuando apaciguamos el ruido mental, somos capaces de tomar mejores decisiones, observamos un mejor funcionamiento del cuerpo, mejor manejo de información compleja, mejor relación con uno mismo y los demás...

EL ARTE DE ELEGIR

Cuando actuamos en base a lo que pensamos y eso no nos ayuda, nos hacemos daño a nosotros mismos. Somos víctimas de procesos automáticos, pero no estamos eligiendo. Viene un pensamiento, una creencia, una idea... y lo acepto, pero elijo qué hacer. La aceptación es reconocer la verdad de lo que es sin ofrecer resistencia. Es una decisión consciente desde el presente (sin aferrarme a lo que me hubiera gustado que fuera). La aceptación es reconocer y es acoger la verdad de lo que es. No es resignarse, no actuamos desde miedos o condicionamientos, sino desde la mirada del observador. Observo y me doy cuenta de la realidad. Comprendo la realidad. Si reconduzco el pensamiento, cambio el sentimiento y lo que ocurre en mi cuerpo.

EL MEJOR DE LOS CONQUISTADORES ES EL QUE SE CONQUISTA A SÍ MISMO

Se ha concluido que para vivir una vida saludable y plena, tenemos que observar los siguientes pilares:

  • ejercicio físico (movernos más, ir andando a los sitios, trabajar en el jardín, hacer cosas con las manos, como las labores del hogar o algo artesanal)

  • alimentarnos de forma natural. Alimentos libres de procesados, con alto contenido en fibra (como lo hacían nuestros mayores)

  • tener una sensación de propósito vital (quizá sea tu profesión, un ideal, una labor con tu comunidad, voluntariado, tu familia...)

  • nutrir y celebrar lazos con tu comunidad (compartir en familia, con grupos sociales, vecinos, compartir actividades, charlas... recuperar la conexión con lo demás)

  • y nutrirnos de rutinas que activen nuestro sistema parasimpático (de recuperación y descanso): un sueño reparador, tiempo con uno mismo, meditar, contacto con la naturaleza, silencio, menos tecnologías y pantallas, periodos diarios de descanso físico y mental, ejercicio de gratitud...

Decía Ramón y Cajal que "todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro." Si tanta información te abruma, puedes probar a incorporar pequeñas rutinas o hábitos, los pasos más pequeños que puedas dar. Poco a poco comprobaremos que vamos sintiéndonos capaces.

Observa la realidad tal cual es. Y desde ahí, decide qué pequeños pasos quieres dar para ir tomando las riendas de tu vida, y caminar hacia tu bienestar.

Gracias,

Lucía

people sitting on chair in front of table with candles and candles
people sitting on chair in front of table with candles and candles