LA NATURALEZA COMO ALIADA
Cómo el contacto con la naturaleza, cuando es de forma consciente y desde la pura presencia, puede ayudarnos a regular el estrés o la ansiedad.
NATURALEZABAÑO DE BOSQUEMEDITACIÓNMINDFULNESS
Lucía Suárez
9/23/20249 min read
SHIRIN-YOKU O BAÑO DE BOSQUE
El Shirin-Yoku en japonés, Forest Bathing en inglés o Baño de Bosque, es una forma de meditación no-formal o mindfulness en la que te sumerges en la atmósfera del bosque, usando todos los sentidos para experimentar la naturaleza de cerca.
ANSIEDAD,
¿PODEMOS VIVIR PRESENTES Y CONSCIENTES EN ESTE MODELO DE SOCIEDAD?
No sorprenderé a nadie si digo que vivimos estresados. Tratamos de hacer muchas más cosas de las que somos capaces, corriendo de un lugar a otro, y mentalmente, estamos en todas partes menos en el presente. Rajlaxmi Nidmarti es una gran practicante de yoga, discípula directa del Maestro Iyengar, y profesora en el RIMYI en Pune, doctora, ginecóloga y doctorada en medicina Ayurveda. Vino hace unos años a España a impartir clases en una convención de yoga. Dio un discurso sobre el Ayurveda aplicado a nuestra vida cotidiana, y me quedé con una frase que dijo: " al vivir constantemente anclados en el pasado, caemos en depresión. Vivir anclados y alerta en el futuro, deviene en ansiedad: las dos enfermedades de nuestro tiempo ".
Entre otros muchos matices, en los que no voy a entrar ahora, sobre lo que influye padecer depresión o ansiedad de forma persistente y que afecte negativamente nuestro malestar, diremos que evitar estar en estado de presencia en nosotros mismos es el gran causante de muchos de nuestros achaques. Quiero recalcar que es normal sentir momentos de ansiedad de forma puntual ante una situación de peligro o estrés, es una respuesta fisiológica adaptativa, pero cuando esto se hace persistente, puede afectar nuestro bienestar negativamente. En el año 2014, la Universidad de Harvard publicó un artículo que mostraba que la mayoría de las personas prefieren hacer cualquier tarea antes que estar a solas consigo mismo. Según observa la psicología científica, familiarizarnos con el propio Ser nos produce bienestar. No sabemos estar con nosotros mismos, pero cuando lo hacemos es una inmensa fuente de paz. Esto no es fácil. El modelo de sociedad en el que vivimos nos demanda continuamente que consumamos y produzcamos más recursos de los que somos capaces de soportar, y este estilo de vida va en contra de lo que nuestra naturaleza y salud física y emocional necesita, y no nos deja tiempo para sobreponernos ni regularnos.
Para "escapar" de nosotros, entramos en un estado de "ensoñación" llamado red cerebral por defecto. Aquí estamos en "piloto automático", sin ser conscientes de nuestros propios estados (se calcula que estamos así la mitad del día...). Cuanto más tiempo pasamos en este estado de desatención, mayor es nuestra insatisfacción vital. Se concluyó que no importa tanto lo que hacemos, sino cuán presentes estamos al hacerlo.
MI EXPERIENCIA PERSONAL CON LA ANSIEDAD Y LA MONTAÑA
Yo misma sufrí un periodo de ansiedad cuando trabajaba como docente en Educación Secundaria. Y si observo los años anteriores a este punto comprendo por qué: llevaba años queriendo dedicarme a otra cosa, había fallecido mi padre hacía no mucho tiempo, me había separado de mi pareja después de muchos años, no tenía tiempo para dedicarme a actividades que me nutren (y cuando lo tenía, estaba agotada y drenada de la vida que llevaba), sentía que no encajaba en el entorno laboral, pues no sentía afinidad en muchos aspectos... Sostener esta situación durante mucho tiempo me hizo vivir en un estado constante de alerta, y esto desembocó en ansiedad. Recuerdo que al final fui directa al médico, y tuve la suerte de que me concediera una baja. Me costó parar. Me costó soltar la culpa por dejar a mis queridos alumnos. Me costó soltar mi rol de "hacer, hacer, hacer" sin parar, a cualquier precio. Y eso sin empezar a asomarme al... "¿y ahora qué?".
Pues bien, lo que hice, lo que siempre he hecho y siempre me ha ayudado: SALIR A LA MONTAÑA. Pasé los meses siguientes todo el tiempo que pude en la montaña. Dentro del bosque me siento en casa. Presente. Caminando sin rumbo ni meta. Dejándome llevar por el paisaje, por los colores, los olores. Si encontraba un lugar especial, me sentaba a respirar. A observar. No son pocos los corzos, jabalíes, pájaros y otros animales con los que he permanecido en silencio en medio del bosque. Cuando te vas haciendo uno con el entorno, en silencio durante minutos y horas, suceden cosas mágicas. Fui hacia dentro escuchándome, y en cuanto solté esos aspectos de mi vida que no quería, la ansiedad desapareció, y decidí vivir con coherencia a partir de entonces.
"En pocas palabras, el Shirin-Yoku es la práctica de caminar lentamente por el bosque, sin prisa, durante la mañana, la tarde o todo el día. La frase se creó inicialmente en los años 80 a modo de campaña promocional para que las personas visitaran los hermosos bosques de Japón. Sin embargo, a partir de entonces, varios científicos, no solamente japoneses, sino también de otros países, empezaron a estudiar los beneficios psicológicos y fisiológicos de la naturaleza, y en particular de los bosques, para la salud y el bienestar humanos. "
- Yoshifumi Miyazaki -
PRACTICAR EL SHIRIN-YOKU:
Desde el 2004, el investigador Dr Qing Li condujo una serie de experimentos y estudios para determinar los beneficios del Shirin-Yoku y por qué nos ayuda. Se determinó que parte de las razones por las que esta práctica da resultados se atribuyen a unos compuestos orgánicos volátiles antimicrobianos derivados de las plantas llamados Fitoncidas. Estos compuestos son empleados por las plantas y los árboles como defensa, combatiendo plagas y enfermedades. Y estos mismos compuestos, tienen efectos positivos en nuestra fisiología. Los otros beneficios del Shirin-Yoku son derivados del enfoque meditativo de la práctica al llevar nuestra atención al momento presente, lo que nos ayuda, como ya hemos visto, a reducir el estrés y brindan una sensación de bienestar y felicidad.
LOS BENEFICIOS DEL SHIRIN-YOKU (según Yoshifumi Miyazaki*)
mejora del sistema inmunitario debilitado, con un aumento en el recuento de células NK (asesinas naturales) que combaten tumores e infecciones.
mayor relajación del cuerpo por un incremento en la actividad del sistema nervioso parasimpático (descanso-tranquilidad-reparación).
menos tensión en el cuerpo debido a una reducción en la actividad del sistema nervioso simpático (respuesta lucha-huída).
reducción de la tensión arterial después de solo 15 minutos de terapia forestal.
menos estrés y una sensación general de bienestar.
reducción de la tensión arterial después de 1 día de terapia de bosque, manteniendo el efecto hasta 5 días después de la terapia.
*Yoshifumi Miyazaki es catedrático universitario, investigador y subdirector del Centro de Ciencias Ambientales, de la Salud y del Campo de la Universidad del Chiba. Ha publicado varios libros sobre los efectos y beneficios de la terapia forestal.
Te invito a poner en práctica el estar presente en la naturaleza y en ti con todos tus sentidos. Ya sea desde casa (se ha demostrado que simplemente al observar un paisaje natural desde la ventana se producen beneficios en nosotros), u observando o cuidando una planta. Saliendo a dar un paseo por el parque o la montaña. Si lo hacemos de forma consciente, empleando los sentidos, con actitud de principiante, se irán produciendo cambios que mejorarán nuestra calidad de vida.
¿Qué veo?, observa los colores y la luz entre las ramas de los árboles, sin juzgar ni analizar. ¿Qué puedo percibir con el olfato?, ¿y con el tacto?. ¿Qué sonidos puedo apreciar?. Escucha el canto de los pájaros... Si miramos atentamente cómo se desenvuelve un niño pequeño por el mundo, puede darnos muchas pistas. Todo es nuevo, fascinante. Desde esa mirada curiosa y libre de juicio.
Gracias por llegar hasta aquí. Disfruta del camino...
Con amor, Lucía.
NUESTRO ESTILO DE VIDA: UNA CUESTIÓN DE PEQUEÑAS (GRANDES) DECISIONES
Evidentemente no es necesario cambiar de vida radicalmente como hice yo (aunque si es lo que verdaderamente quieres, dale una vuelta, háblalo con alguien, contempla opciones, ¡la vida son dos días!). Probablemente solo con incorporar algunos cambios, tu vida podrá ser más satisfactoria, si así lo deseas. Volvemos a lo que mencioné anteriormente: no importa tanto lo que hacemos, sino cuán presentes estamos al hacerlo. Presentes, conscientes y coherentes. Aunque vivamos en una zona urbana, donde el ruido, los olores y los estímulos sensoriales en general sean intensos, siempre hay hábitos que podemos incorporar (o dejar de hacer). Volvemos al principio: pasar de la mente en estado automático y en el no parar de hacer, a estar presentes y plenamente conscientes en el "aquí" y el "ahora".
LA "MENTE MONO", LA "LOCA DE LA CASA" - PRÁCTICAS MINDFULNESS Y NATURALEZA
La mente está acostumbrada a "rumiar", a no parar. Se la compara con "una jaula llena de monos a los que les ha picado un escorpión" (yo me imagino a mi gata cuando le dan los zoomies), y así va la mente: saltando de un pensamiento a otro, sin control. Entonces lo que podemos hacer es, sin rigidez, darle a la mente algo que hacer, algo en lo que pueda estar concentrada de forma más o menos sostenida. Esta es la primera etapa de la meditación: la concentración (Samatha), cuando posamos la consciencia en algo.
En nuestra vida cotidiana podemos ponerlo en práctica de esta manera: respirar contando exhalaciones en columnas de 5, 10, 20, 40; o simplemente observar las sensaciones al inhalar y exhalar, ambos ejemplos durante un minuto, dos, diez... lo que sintamos. También podemos apagar cualquier distracción al sentarnos a comer y saborear cada bocado como si fuera la primera vez que lo probamos. O ¿una ducha consciente?, prueba a ducharte dando cuenta de cada detalle: la temperatura del agua, el olor del jabón, la textura de tu piel, cómo te hace sentir el contacto con el agua... O algo que siempre hago: abrir la ventana al despertar y oler la mañana, respirar profundamente y expresar unas palabras de gratitud interiormente antes de arrancar con el día.
ESTO, APLICADO A LA NATURALEZA, PUEDE VERSE ASÍ:
TOCAR LA TIERRA CON LAS MANOS. La tierra, junto con el abono y el moho de las hojas, contienen un microorganismo denominado mycobacterium vaccae. Su olor activa los neurotransmisores que liberan serotonina, la hormona que más se relaciona con un estado de ánimo positivo. Esta bacteria, no sólo se encuentra en el suelo, sino también suspendida en el aire de ambientes naturales como los bosques, con efectos positivos sobre nuestro estado de ánimo (Mery O'Brien).
RESPIRAR EL OLOR A TIERRA MOJADA (Petricor). Este término fue acuñado en 1964 por Isabel Joy Bear y Richard Thomas en su artículo Nature of Argillaceous Odor. Esta fragancia cálida y terrenal que experimentamos cuando la lluvia golpea el suelo seco es producida por bacterias (actinomicetos) que viven y crecen en el suelo en ambientes húmedos y cálidos. Cuando decimos que olemos "tierra húmeda" en realidad estamos detectando el olor de una molécula (geosmina) producida por la bacteria. Cuando las gotas de lluvia golpean la tierra, ayudan a liberar la geosmina. La percepción de la geosmina activa los neurotransmisores que liberan serotonina.
CUIDAR TUS PLANTAS de forma tranquila, viendo su evolución y crecimiento. Investigaciones recientes demuestran que cuando practican jardinería, los presos tienen menor probabilidad de reincidir y los ancianos viven más y mejor (te recomiendo leer Una mente bien ajardinada de la psiquiatra apasionada de la jardinería Sue Sturart-Smith).
Caminar con los PIES DESCALZOS EN LA NATURALEZA ayuda a la regulación emocional y la ansiedad. Puede ser en un parque, en la montaña, en la playa... además de algunas investigaciones que hablan de reequilibrar nuestra carga eléctrica con el contacto con la Tierra (Earthing), ir con los pies descalzos nos obliga a caminar en absoluta presencia si no queremos pisar algo indeseado, además de poder hacerlo empleando el sentido del tacto: la temperatura del suelo, la textura...